dulce naranja al sol puedes abrirte
sensual-desinhibida
que un trocito de enigma
algo así como un nimbo
un aura ensimismada de misterio
juega y se mimetiza con tu sombra
de modo que jamás de los jamases
pueda dañarte nada
si tú no lo consientes
aquí puedes dar paso a Atila y su caballo
de desaforados belfos
o a cualquier Minotauro enfebrecido
y dejar que mastiquen tus gardenias
mientras piensas sonriente
en el modo de hundirlos
comiendo displicencia con forma de manzana
se enamoran de ti arrebatadamente
entes de sexo activo y todos los pelajes
aunque estés muerta y harta de gritarlo
o te odian a muerte
porque no tienes ojos suficientes
para mirar los suyos
los griteríos no asordan demasiado
por más que las calumnias tengan los pies ligeros
y los motines de látigos y espuelas
duren cuatro semanas de diez a una
y nos despedacemos
con la misma pasión que nos amamos
y la misma llovizna de bytes silenciosos
sobre nuestras cabezas de cristal
aquí es de lo más normal
que un hombre se te pose entre los labios
jugando a ser el único
que te insemina de voces fantasmales
con seis nombres distintos
y un rostro atemporal por cada luna incruenta
que se te va perdiendo en la memoria
hasta que se convierte en el de todos
aquí los pájaros del miedo
te pican en los globos oculares
y acabas confundiendo el humor vítreo
con lágrimas de amor y desconcierto
y para colmo aquí
se cuelgan junto al hastío
en el perchero del placer onanista
el ángel con el diablo
la golfa con la decente
el feroz con el manso
el alba con el crepúsculo
y nunca sabes bien a qué atenerte
ojalá fueras virtual
un virtual hijo de puta
no me dolerías tanto
A veces se hace tan complejo que nunca florece lo que se necesita... Duele.
ResponderEliminarUn poema sublime.
Y a veces, entre el estiércol crecen flores. La vida es la que duele, amigo mío.
EliminarMuchas gracias, Agapxis, muy amable.
Molto bella la tua poesia.
ResponderEliminarBuona serata
Muchas gracias, Giancarlo, muy amable.
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