Abre la boca, bicho
que salga el corazón a oxigenarse
por mandato del sueño
después de tanta asfixia por tus calles.
Sal de los hondos pozos de la furia
y libera tu esencia como libera sangre
tan limpia como roja
la herida siempre abierta de tu carne.
Abre la boca, bicho
y salta de la muerte su cadáver,
pues nadie como tú llena los ojos
que expectantes te miran, de señales
que conectan tu vida con el mundo
desde el destierro de los hospitales.
Que no se diga, bicho, sigue hablando
como hablan los hombres especiales
con la palabra oscura o luminosa,
hiriente, lene, escandalosa, grave,
la que difunde el aura de la guerra
y del amor dibuja paisajes
inéditos, prohibidos, rumorosos,
como el mejor amante.
Abre la boca, bicho, que con gárgolas mudas
gesticula la muerte en mis ciudades.
¡Magnifico!
ResponderEliminarSaludos
Gracias por la opinión, Erik.
EliminarNos leemos.
Qué bueno verte, reina de mí, con ese ritmo tuyo tan de F1, rozando los pianitos y las paredes si hace falta, como si no existiesen riesgos al buscar la cadencia.
ResponderEliminar¡Salud!
Gracias Dú, mejor es verte a ti por estos andurriales perdidos.
EliminarLysm.