una palabra, a veces, puede quebrar el día
hacerlo añicos tristes de grisura
o levantar las faldas de la aurora
y elevarlo a la gloria de sus muslos blanquísimos
puede negar tu nombre
inducirte al suicidio
en el anonimato de alguna alcoba turbia
o despertar tu cuerpo
con la respiración de la alegría
sobre las comisuras de los labios
una palabra puede
destrenzarte el amor
para que por tu espalda se abandone
o crecer como el odio
en el jardín de todas las desgracias
impone su exigencia
remite a viejos códigos caducos
o reinventa el aire que respiras
por la boca de un hombre de dulce dentellada
y es siempre un ritual tumultuoso
que arrastra los cadáveres que alguna vez amamos
una palabra hostil me está creciendo
balbuceante
entre la poesía y la desgana
}{
Que cierto, el poder de una palabra, un gesto, nos puede hundir o elevar. Nos creemos tan fuertes y en realidad somos como burbujas. Un abrazo querida poeta, espero estés bien.
ResponderEliminarMuchas gracias, Paty. Se me hace raro volver a Blogger acostumbrada al Google tantos años y me da una rabia enorme haber perdido tanto comentario bueno como había en la página, pero no hay otra. Me imagino que a ti te habrá pasado lo mismo.
EliminarDate una vuelta por MeWe a ver si podemos arreglar este desaguisado.
Un abrazo, querida.