Lo mío es el silencio a bocajarro
y es el sí pero no de los dementes,
si juego al mordisqueo con los dientes
en la vorágine del despilfarro.
Por algo soy la reina de un cotarro
que es un milagro de maledicentes
misántropos de lenguas impacientes
que teorizan sobre mi desgarro.
Lo mío son las pieles con blindaje
que huyen de la quema, el sabotaje
del odio que de traumas se enguirnalda.
Los soldados del alma rompen filas
en la fatalidad de mis pupilas
y ¡sálvese quien mate por la espalda!
De palabra sincera y directa emocionas con la fuerza de tus versos.
ResponderEliminarBesos con un enorme abrazo.
Poderosa, de huesos a piel!!! fantástica siempre... Abrazos.
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