Si quiero me clausuro,
me enclaustro, me encarcelo,
dejo de extraverterme, me amordazo.
Silencioso conjuro
para días de duelo
que son como un siniestro aldabonazo.
Porque nada es seguro
en lo circunstancial
¿No ves cómo implosionan grandes astros?
La palabra: el más puro
arte de lo banal
para poetas que no dejan rastros.
Tu palabra es un puñal que corta los ojos y da vida.
ResponderEliminarSalud, reina.