Conmuéveme si vienes conmovido
del sísmico latido de un poema
donde teluria, obscena, se desgaja
y asómbrame si llegas convencido
de ser un exiliado del esquema
que el verso momifica y amortaja.
Sin vértigo al abismo, yo/contigo:
paisaje horizontal del visionario,
desértico silencio de genista,
fijaré lo fugaz, serás testigo
del gran concierto multitudinario
que te darán mis manos de alquimista.
Sepárame del mórbido esperpento,
del grito de la luna y sus histerias
que fulmina el instinto y la voz trunca
y escucharás mis pasos en el viento
y a galope tendido en tus arterias
mi nombre de mujer. Ahora o nunca.
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