Si cargo con mi parte de ignominia contradictoria,
carga tú con la tuya
que me aburren los tópicos machistas
tanto como la arenga resentida
de la que no se asume en lo dual
me revientan los dogmáticos sin dogma
los discursos freudianos que buscan en la teta
la explicación final al desvarío
carga tú con la tuya
que me aburren los tópicos machistas
tanto como la arenga resentida
de la que no se asume en lo dual
me revientan los dogmáticos sin dogma
los discursos freudianos que buscan en la teta
la explicación final al desvarío
de cualquier cobarde patológico
y todo lo resumen en dos imbéciles
electraediposos
como si fueran algo más
que la excusa del intelecto ocioso
sin memoria selvática
me crispan los maltratadores
tanto como las castradoras
los verdugos y los consentidores
las víctimas
que cuando da la vuelta la tortilla
mutan en victimarios
los que claman por ideales manidos
sin cojones para defenderlos
y toda la carne de cañón
que se deja matar por designio divino
los incapaces de encender una vela
en el nombre de un sueño
y los iluminados rutilantes
que pretenden engordar a sus hijos
con la mística de la anorexia
me joden los indefinidos, los ambiguos
los que no toman partido hasta mancharse el alma
los eternamente dubitativos
los chaqueteros, los desleales
los lunáticos escapistas
y los que jamás levantan la mirada del barro
por miedo a los rayos uva
los machoman y las superwomans
a golpe de tarjeta
los ombliguistas, los narcisos
encantados de haberse conocido
los sensibleros y los aemocionales
que no regalan ni la saliva en un beso
me jodes tú, levantador de catedrales,
cuando te vistes
de indianajones del malditismo,
y cambias mi discurso
por abrir ventanas provocadoras
a la catarsis guerrosexual del mundo
y ejercitar neuronas dialécticas
sabiendo, de antemano,
que mi agresividad
y todo lo resumen en dos imbéciles
electraediposos
como si fueran algo más
que la excusa del intelecto ocioso
sin memoria selvática
me crispan los maltratadores
tanto como las castradoras
los verdugos y los consentidores
las víctimas
que cuando da la vuelta la tortilla
mutan en victimarios
los que claman por ideales manidos
sin cojones para defenderlos
y toda la carne de cañón
que se deja matar por designio divino
los incapaces de encender una vela
en el nombre de un sueño
y los iluminados rutilantes
que pretenden engordar a sus hijos
con la mística de la anorexia
me joden los indefinidos, los ambiguos
los que no toman partido hasta mancharse el alma
los eternamente dubitativos
los chaqueteros, los desleales
los lunáticos escapistas
y los que jamás levantan la mirada del barro
por miedo a los rayos uva
los machoman y las superwomans
a golpe de tarjeta
los ombliguistas, los narcisos
encantados de haberse conocido
los sensibleros y los aemocionales
que no regalan ni la saliva en un beso
me jodes tú, levantador de catedrales,
cuando te vistes
de indianajones del malditismo,
y cambias mi discurso
por abrir ventanas provocadoras
a la catarsis guerrosexual del mundo
y ejercitar neuronas dialécticas
sabiendo, de antemano,
que mi agresividad
-putamente masculina-
entrará al trapo de la tuya
mientras la femenina
sigue tejiendo sogas atemporales
y por joder, me jode hasta la poesía
que en una noche más
sin lichis envodkados
no sirve para una mierda
como no sirve el arma cargada de pasado
entrará al trapo de la tuya
mientras la femenina
sigue tejiendo sogas atemporales
y por joder, me jode hasta la poesía
que en una noche más
sin lichis envodkados
no sirve para una mierda
como no sirve el arma cargada de pasado
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