No sé qué es ser hombre
ni tampoco mujer
ni sé qué es lo que se supone
debe esperarse de cada uno
porque no espero nada
salvo de mí
que no sé lo que soy.
Todo se me hace caos
al otro lado de la transparencia.
La violencia es parte del misterio
y cuando no soy yo quien la ejerce
me limito a observar sus resultados
con los ojos abiertos
porque no temo el golpe
ni siquiera si ansío la caricia.
Todos somos voyeurs involucrados
con el cuervo que espera el gran banquete
del ojo en desbandada.
Yo soy una mirada
ahíta de esperpento
desgastada en hombres y mujeres
que ya no se emociona fácilmente
y excita su ansiedad
lo imprescindible
si algún imán la mira con deseo.
ni tampoco mujer
ni sé qué es lo que se supone
debe esperarse de cada uno
porque no espero nada
salvo de mí
que no sé lo que soy.
Todo se me hace caos
al otro lado de la transparencia.
La violencia es parte del misterio
y cuando no soy yo quien la ejerce
me limito a observar sus resultados
con los ojos abiertos
porque no temo el golpe
ni siquiera si ansío la caricia.
Todos somos voyeurs involucrados
con el cuervo que espera el gran banquete
del ojo en desbandada.
Yo soy una mirada
ahíta de esperpento
desgastada en hombres y mujeres
que ya no se emociona fácilmente
y excita su ansiedad
lo imprescindible
si algún imán la mira con deseo.
"Todo se me hace caos
ResponderEliminaral otro lado de la transparencia". Y sin embargo el texto nos muestra aceptación, además hay un juego entre quien ve y quien es visto de lo más interesante. Como de costumbre me he ido por los cerros de Úbeda pero también me has hecho pensar en qué significa hacerse mayor...
¡Un abrazo! ^_^
¿Haber aprendido muchas cosas que no sirven para nada pero sin las cuales no sabes apreciar qué es lo realmente importante de la vida? No lo sé, ya te lo diré cuando me haga mayor aunque tampoco te va a servir de nada porque hay quien madura con 20 y quien con 80 sigue pensando en lo que jode el acné.
EliminarDe momento ahí estamos, al otro lado de la transparencia, siempre caótico.
Abrazo, Dark.
Namasté.
Cuánto cuesta emocionarse después, cuando el tiempo hizo su trabajito sucio... Un abrazo.
ResponderEliminarClaro, sólo surge el asombro ante el impacto de lo realmente auténtico y hay poco de eso, Darío.
EliminarOtro para ti.
Namasté.
Este poema me deja pensativa...y eso ya es un logro de quien escribe.
ResponderEliminarGracias Morgana.
Un beso
Sete
Gracias a ti, Sete.
EliminarNamasté.
Me gustó muchísimo la fotografía que encabeza a un texto siempre conmovedor.
ResponderEliminarNamasté
A mí también me gustó, porteño, la imagen y la indefinición emocional que representa para mi.
EliminarMe alegra conmoverte.
Namasté.
Un ida y vuelta que atrae... tus letras tus poemas tienen ese lazo que nos lleva y nos perpetúa las imágenes. Siempre es muy grato pasar y leerte!!!
ResponderEliminarSaludos.
Pues muchas gracias, Laura, me alegra que te resulte grato.
EliminarNamasté.
siempre tienes ese arte de decir y decir y de atrapar.
ResponderEliminarsaludos
carlos
Unas veces más que otras, Carlos, supongo, pero me alegra que estés por aquí.
EliminarNamasté.
Algunos andamos ya con presbicia, vista cansada, mirada cansado, voyeurs cansados. Pero con unas gafas nos apañamos.
ResponderEliminarAbrazos
Peor sería tener cansada la vista del alma. Para esa no hay apaño.
EliminarAbrazo, Amando.
Namasté.
A veces lo difícil es lograr la transparencia, Morgana. Precioso.
ResponderEliminarNamasté
Tú lo tienes fácil, Luz, tu nombre ayuda.
EliminarGracias por venir, hermosa.
Namasté.
La mayoría de las veces cuando esperas algo de alguien, te dan la bofetada en la cara. Lo ideal sería no esperar nada de nadie, y así quiza, sólo quizá te lleves alguna sorpresa.
ResponderEliminarSe me ha ocurrido esto al leer tu poema... ya estoy divagando...
Un abrazo!