La noche un melanoma que se extiende
por la piel de tu ausencia,
pero el día llegó colgado de tus labios
y Buenos Aires, toda, se me pega a los huesos
con la humedad caliente que más odias.
Tienes la facultad de hacerme ver el aura
de la fatalidad, de la desesperanza,
pero en otros momentos de tu feroz catarsis
consigues que la risa tintinee
en el cristal acuoso de la tarde
y el ansia, suavemente, se equilibre.
¿Cómo te pagaré que me prestes los ojos
para observar el mundo?
¿Cómo que enciendas velas
para alumbrar lo muerto que nos ronda?
Jamás podré salir incólume de ti,
por más que intente verte con mis ojos de hombre
por mor de restañar la herida de tu prosa
tan poética siempre que termina arrasando
todo lo que mi voz tuviera de doméstico.
Eres el creador de un círculo vicioso
donde no queda sitio para el remordimiento.
Inmersa en él te escribo
y te sufro
y te gozo
como si te hambreara con el alma
y el mundo se poblara de unicornios.
por la piel de tu ausencia,
pero el día llegó colgado de tus labios
y Buenos Aires, toda, se me pega a los huesos
con la humedad caliente que más odias.
Tienes la facultad de hacerme ver el aura
de la fatalidad, de la desesperanza,
pero en otros momentos de tu feroz catarsis
consigues que la risa tintinee
en el cristal acuoso de la tarde
y el ansia, suavemente, se equilibre.
¿Cómo te pagaré que me prestes los ojos
para observar el mundo?
¿Cómo que enciendas velas
para alumbrar lo muerto que nos ronda?
Jamás podré salir incólume de ti,
por más que intente verte con mis ojos de hombre
por mor de restañar la herida de tu prosa
tan poética siempre que termina arrasando
todo lo que mi voz tuviera de doméstico.
Eres el creador de un círculo vicioso
donde no queda sitio para el remordimiento.
Inmersa en él te escribo
y te sufro
y te gozo
como si te hambreara con el alma
y el mundo se poblara de unicornios.
Muy hermoso, Morgana. Leerte crea adicción. Namasté
ResponderEliminarQue no te aburras de leerme es importante para mí, Alfredo, no lo dudes, sólo espero no defraudarte nunca.
ResponderEliminarGracias por estar y un abrazo.
Namasté.
Y quién quiere salir del círculo???
ResponderEliminarBuena pregunta, Darío.
Eliminar¿Se nota mucho que yo no?.
Namasté.
MUY HERMOSO... SIGO PENSANDO QUE LEERTE ES CIRCULO VICIOSO... ENTRAMOS Y SALIMOS DE ESTE BLOG CON EL DESEO DE REGRESAR MUY PRONTO A EMBORRACHARNOS CON TUS LETRAS.
ResponderEliminarENHORABUENA
CARLOS
Gracias, Carlos, me alegra que no salgas vacío.
EliminarNamasté.
Me gustó mucho Morgana!! Tu poema en sí está lleno de grandes metáforas, pero estos versos me removieron algo dentro de mi...
ResponderEliminar"¿Cómo te pagaré que me prestes los ojos
para observar el mundo?
¿Cómo que enciendas velas
para alumbrar lo muerto que nos ronda?"
Un placer leerte! Veo calidad donde miro... Un abrazo!
Espero no defraudarte, Francisco, y mantener ese nivel de calidad que observas.
EliminarMuchas gracias por la opinión.
Un abrazo.
Namasté.
En general vivimos en cículos, armamos círculos, que de tanto recorrerlos se nos vician, se enturbian y nos enturbian.
ResponderEliminarPero, también como decís, nos dan gozo y nos pueblan de unicornios.
Bellísimo, Morg.
Un abrazo.
Gracias Mirella, me alegra que te gustara.
EliminarHabrá que intentar la cuadratura del círculo (ríome).
Un abrazo.
Namasté.
Hermosas letras para nuestra costumbre.
ResponderEliminarUn beso grande.
Namasté.
Gracias, porteño, otro para ti.
EliminarNamasté.
Cuanto me queda por aprender, de vos!
ResponderEliminarSuspirosa yo!
Un abrazo, Mónica.
No sé, no sé, igual todos aprendemos de todos, doña Suspiros (ríome).
EliminarUn abrazo, guapa.
Namasté.