el agua palpita en mis pulsos
que no son sangre
por eso camino y no se ve la herida
que mana agua
clara y difusa
tan vacíos mis puertos
sin tus velas
compitiendo con las nubes
en blancas regatas
sobre el cristal
nunca toqué tu pelo
y sigo contando tus cabellos
uno a uno
en mi memoria
Hasta el vacío de los puertos parece acogedor, con unos versos así de tendidos, hasta la herida que mana agua, resulta cálida. Un abrazo
ResponderEliminarA veces, un espejismo puede ser más real que la propia realidad, Amando. La mente nos juega malas pasadas.
EliminarUn abrazo.
Namasté.
Que malo es el dolor del recuerdo que nunca obtuvimos.
ResponderEliminarYa sabes, Sergio, somos únicos amando imposibles.
EliminarNamasté.
Linda Espanhola Estou de volta ...belo e doloroso ...Beijos desde o Brazil Pedro Pugliese
ResponderEliminarPedrito, caray, dónde te metiste?
EliminarMe alegra verte de vuelta, brasileño y espero que lleves bien la vida y goces de buena salud musical y literaria.
Hace tiempo que no te oigo, ya me voy a pasar por tu blog.
Beijos, guapo.
Namasté.
Maravillosa. Morgana, me ha gustado tanto que me he permitido publicarla en mi blog. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra que te gustara, Alberto, y no puedo más que agradecerte la deferencia que has tenido conmigo.
EliminarMuchas gracias, colega.
Un abrazo y nos estamos viendo.
Namasté.