Puedo dormir en ti sin miedo al mundo
y a salvo de su lluvia radiactiva
dormirme en los laureles, si agresiva
me acosa con su aliento furibundo.
y a salvo de su lluvia radiactiva
dormirme en los laureles, si agresiva
me acosa con su aliento furibundo.
Diluir en tu hombría lo profundo
y edificarme nueva y asertiva,
volviendo a ser la virgen intuitiva
para dejar de serlo en un segundo.
y edificarme nueva y asertiva,
volviendo a ser la virgen intuitiva
para dejar de serlo en un segundo.
Y soñar que no existen los motines
más allá de tu boca de clarines,
ni voz que desvirtúe tu aleluya.
más allá de tu boca de clarines,
ni voz que desvirtúe tu aleluya.
En un acto de fe sin violencia,
puedo sentirme parte de tu esencia
dormida en ti y despertando tuya.
puedo sentirme parte de tu esencia
dormida en ti y despertando tuya.
En un acto de fe sin violencia,
ResponderEliminarpuedo sentirme parte de tu esencia
dormida en ti y despertando tuya.
Hermoso soneto Morgana, lindo leerte.
Un abrazo
Uno más, Soledad, y muchas gracias por darme tu opinión.
EliminarUn abrazo, querida.
Namasté.
Si este poema lo hubiese escrito La (mi) Taumaturga pensando en un servidor, sentiría que La Utopía se me ha avecinado
ResponderEliminarPero ella no lo ha hecho.
Afortunadamente los caídos en maravilla tenemos, en usted Señora, una voz suficiente para decir/nos qué es lo que vamos a festejar todos los días.
Suyos quedamos los tres: El lugar sin tierra, Ella y yo.
Me hace sonreir, Óscar.
EliminarSoy poco utópica yo, pero se conoce que debió pillarme un día tonto cuando escribí este soneto.
No abundan los hombres con los que te puedas dormir en los laureles, pero siempre está la excepción que confirma la regla. Ese es el caso.
Le agradezco la visita y dele un abrazo de mi parte a su Taumaturga (ríome)
Namasté.