Qué dolor de mujer de sombra clara.
Te has detenido en la mitad del vuelo
más lúcido del alba. Por el cielo
una flecha de alondras se dispara.
No habrá Dios que por tí ponga la cara,
ni apacigue la sed de tu desvelo.
En la cima más alta del anhelo
se quema el verso inútil que te ampara.
Te has detenido en la mitad del vuelo
más lúcido del alba. Por el cielo
una flecha de alondras se dispara.
No habrá Dios que por tí ponga la cara,
ni apacigue la sed de tu desvelo.
En la cima más alta del anhelo
se quema el verso inútil que te ampara.
Sobre su arcén de arenas movedizas
yo he cavado la fosa en que agonizas.
Fuerte, muy fuerte Morgana pero bello. Besitos
ResponderEliminarGracias, Marylin.
EliminarUn abrazo.
Namasté.