Nada de lo que ofrece sin un pago
la vida, tiene dueño.
Melancolía obscena. Frunce el ceño,
lotera de lo aciago.
Colmo de lo inmediato, realidades
que transitar a solas.
Dentro del túnel no lucen farolas
para las vanidades.
Sólo con el silencio que se mata
de voces interiores,
se engastará en la piel de los ardores
una bala de plata.
Hermoso en ritmo y elocuente en palabras, que no es lo mismo que para decir algo bien dicho, se precise de la superabundancia.
ResponderEliminarMe encantó, Mormor
Lo de la elocuencia es siempre relativo, cierto. A veces la más feroz elocuencia radica en el silencio.
EliminarMe alegra que te gustara, Chini, es un poema rarito pero tú eres una magnífica lectora.
Te beso.