No soy yo. Son mis piernas
las que inauguran cada día el mundo.
Mis muslos amazónicos
a horcajadas sobre la violencia de existir,
son quienes someten con su fuerza al dolor
hasta que gime de gusto
o retienen el deseo huidizo
en la cintura aérea de ese hombre
licuado contra mi vientre.
Toda yo criatura de sangre para su semen.
Y no es él. Son sus ojos
los que indagan a través de mi piélago
de verdes algas verdes
con mirada de océano
levemente insatisfecho.
Todo él criatura de semen para mi sangre.
Y decididamente son mis brazos.
Mis brazos kleperianos
alrededor de su cuello solar
infinitamente largos.
No me quites las drogas que me salvan la vida.
Yo me voy conmigo
sólo cuando no estás.
Oprime con tus manos mis caderas
sosténme la esperanza
y sonríe mientras me penetras
con tu mejor cuchillo.
Murámonos.
Maldita sea la paz
que llega con tu ausencia.
las que inauguran cada día el mundo.
Mis muslos amazónicos
a horcajadas sobre la violencia de existir,
son quienes someten con su fuerza al dolor
hasta que gime de gusto
o retienen el deseo huidizo
en la cintura aérea de ese hombre
licuado contra mi vientre.
Toda yo criatura de sangre para su semen.
Y no es él. Son sus ojos
los que indagan a través de mi piélago
de verdes algas verdes
con mirada de océano
levemente insatisfecho.
Todo él criatura de semen para mi sangre.
Y decididamente son mis brazos.
Mis brazos kleperianos
alrededor de su cuello solar
infinitamente largos.
No me quites las drogas que me salvan la vida.
Yo me voy conmigo
sólo cuando no estás.
Oprime con tus manos mis caderas
sosténme la esperanza
y sonríe mientras me penetras
con tu mejor cuchillo.
Murámonos.
Maldita sea la paz
que llega con tu ausencia.
Tus letras contiene una fuerza desgarradora.
ResponderEliminarEncandilado me tienes con tus versos.
Un abrazo.
No siempre, Jorge, a veces me fragilizo tanto que termino recogiéndome a pedazos, pero he de reconocer que son las menos.
EliminarEspero, sinceramente, que no se apaguen nunca los candiles para no defraudarte.
Muchas gracias por venir.
Un abrazo.
Un poema sensual dicho con elegancia. Es difícil hacer un poema erótico de esa manera.
ResponderEliminarSaludos
No sé, Pluma, no me lo planteo. Lo mío es impulsivo, no me detengo a pensar demasiado si resulta elegante o no, así que te agradezco que me lo digas.
EliminarMe alegra que te gustara.
Saludos cordiales.
Me encanta esa pasión que te libera y que ha de apoderarse de ti cuando escribes y cuando ocurre lo que escribes. Este fruto, este poema, se mantiene vivo y a horcajadas adentro, aún mucho después de haberlo leído.
ResponderEliminarGracias por escribir así. Me encanta leerte.
Un abrazo
Soy yo quien te agradece por la lectura, Arthur y ya sabes, la pasión igual que te libera, te esclaviza, pero hay que contarlo.
EliminarOtro abrazo para tí. Nos vemos por tu blog también.
Tu fuerza, tu sensualidad, ese ímpetu hermoso de vida que nos muestras en cada verso... Gracias Morgana! un honor!
ResponderEliminarEl honor es mío por lectoras como tú.
ResponderEliminarGracias por molestarte en comentar.
Un abrazo, Titina.