Hay en la paradoja del amor
una pátina sucia de venganza
que recrimina toda confianza
con la parafernalia del dolor.
Hay en la idiosincrasia del captor
una sed esclavista por la forma
no sea que se salga de su horma
dócil amante de lo que captura.
Ciega de adrenalina se clausura
la lengua del amor fuera de norma.
una pátina sucia de venganza
que recrimina toda confianza
con la parafernalia del dolor.
Hay en la idiosincrasia del captor
una sed esclavista por la forma
no sea que se salga de su horma
dócil amante de lo que captura.
Ciega de adrenalina se clausura
la lengua del amor fuera de norma.
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