Ilsa y Rick

 

 

 

Esta taciturna manera de serme
si le estoy pensando y anochezco inerme
ante la navaja de un tiempo de duda
impotentemente resuelta y desnuda.

Yo que la alegría sobrepongo al llanto
que visto mis penas de irónico manto
para que se aleje de todos los miedos
y me toque, risa de vivaces dedos.

No me reconozco, temerosa y fría,
carcajada triste de melancolía.
Su nombre en la boca como si estuviera
dormido en mis sienes y me sucediera.

Esta taciturna manera de estar
en la cuerda floja del verbo esperar,
en huelga de hombre y oliendo el peligro
no va a convertirme en lo que denigro.

Y porque no soy la mansa que espera,
ni el último tramo de alguna escalera,
no coso mi boca ni lánguida dejo
que enmudezca oscuro de pena el espejo.

Yo decido cuándo y cómo y por qué
se acaba la historia sin vender la fe
en los mercadillos del "mírame a mí
que muero callada por vivir sin tí",
ni envainar palabras que sajen los ojos
retozando cómoda sobre mis antojos.

Esta taciturna manera de amarle
mata los silencios para no olvidarle.