Es bueno ser mujer desde tu boca,
cóncava plenitud para la hombría
que florece en mi sangre cada día
en que tu verbo cárnico me toca.
Ungirme con el musgo de tu roca
como una adicta a la melancolía
del tacto mineral, alegoría
de la virilidad que me provoca.
Cántaro de hidromiel, aguamanil
y lloverte en vocablos como Abril
llueve sobre la tierra su aleluya.
Fingir algún desmayo de papel
y golondrinear sobre tu piel
por el placer de ser mujer y tuya.
cóncava plenitud para la hombría
que florece en mi sangre cada día
en que tu verbo cárnico me toca.
Ungirme con el musgo de tu roca
como una adicta a la melancolía
del tacto mineral, alegoría
de la virilidad que me provoca.
Cántaro de hidromiel, aguamanil
y lloverte en vocablos como Abril
llueve sobre la tierra su aleluya.
Fingir algún desmayo de papel
y golondrinear sobre tu piel
por el placer de ser mujer y tuya.
es un magnífico soneto
ResponderEliminarEso dicen las malas lenguas, Eduardo.(ríome)
ResponderEliminarPara mí es uno más y me alegra que te guste.
Gracias por venir.
Nos seguimos.