Siempre existirá un páramo
para que el viento juegue.
MdP
No te he de imaginar para saberte,
en mi memoria estás desde el origen.
Tu parte de hombre ha de hacerse fuerte
porque no te habitúas a la muerte
de un ideal que siempre será virgen.
Creiste sujetar todas las bridas,
controlar la emoción desde el arcano
de la sabiduría de tus vidas,
como ancestral sublimador de heridas,
Levantador-guerrero-pleyadiano.
Sólo la parte humana que se entrega
conecta con la mía terrenal.
La otra, la inclemente, la estratega,
es la más inocente por ser ciega
dentro del claroscuro virtual.
Imagínate tú mis convicciones
después de tanta lucha ultravital.
Esta vez soy mujer sin contricciones
abierta al infinito, tus razones
son un punto y aparte en mi final.
Es tu propia extrañeza la que narras,
yo he visto, por amor, capitular
a voluntades duras y bizarras,
pero al Devastador de azules garras
no le veré jamás, lo sé, temblar.
Es profecía. Estás predestinado
y aquí dejas constancia de tus huellas.
Te sabes diferente
y exento de pecado.
Tus límites son otros.
Tu aliento en mi costado
no es más que un espejismo
allende las estrellas.
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