De frenar la impaciencia, no me llega la hora.
A pesar de que hay días en que nada se espera,
pasan veloces, raudos y vuelve la quimera
de la esperanza a herirme con su punzante aurora.
Polaris de mi Norte, en este instante,
ahora,
que los astros claudican sus sueños en mi mente,
florece en espirales de luz sobre mi frente
y acaríciame el alma con alba eucaristía,
hasta que llegue el día
de comulgar paciencia,
de fi ni ti va men te.
A pesar de que hay días en que nada se espera,
pasan veloces, raudos y vuelve la quimera
de la esperanza a herirme con su punzante aurora.
Polaris de mi Norte, en este instante,
ahora,
que los astros claudican sus sueños en mi mente,
florece en espirales de luz sobre mi frente
y acaríciame el alma con alba eucaristía,
hasta que llegue el día
de comulgar paciencia,
de fi ni ti va men te.
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