En las calles no han puesto las aceras
porque no ha amanecido todavía
y aquí estoy yo, en la cuaderna vía
que rima con tus noches pendencieras.
Qué me importan a mí las primaveras
si tú no estás aquí para mirarme,
qué más da que la vida me desarme
con el florete de su patetismo,
si por b o por a no eres el mismo
que se inventaba el sol para alumbrarme.
Y qué me importa a mí que arda Troya
en las lenguas de vírgenes sacrílegas,
si yo no temo ya ni a las sortílegas
que vaticinan cambios de tramoya.
Qué me puede importar romper la argolla
que sujeta mi escándalo a la vida
y que se asorde el mundo en la estampida
de las voces que acosan mi mañana.
Qué más me va a doler si soy Morgana
y voy de muerte herida.
porque no ha amanecido todavía
y aquí estoy yo, en la cuaderna vía
que rima con tus noches pendencieras.
Qué me importan a mí las primaveras
si tú no estás aquí para mirarme,
qué más da que la vida me desarme
con el florete de su patetismo,
si por b o por a no eres el mismo
que se inventaba el sol para alumbrarme.
Y qué me importa a mí que arda Troya
en las lenguas de vírgenes sacrílegas,
si yo no temo ya ni a las sortílegas
que vaticinan cambios de tramoya.
Qué me puede importar romper la argolla
que sujeta mi escándalo a la vida
y que se asorde el mundo en la estampida
de las voces que acosan mi mañana.
Qué más me va a doler si soy Morgana
y voy de muerte herida.
Comentarios
Publicar un comentario