No me ayudan tus concéntricas dudas
- en esta noche de humo en espirales -
a desterrar mi oscura incertidumbre.
Hay demasiados muertos. Me sonríen
y se mantienen tensos a la espera
de, yo no sé, qué decisión suicida
que deberé tomar
más temprano que tarde.
No me ayuda tu voz a desclavarme
de la cruz de papel de mi desvelo:
criatura de espejos siempre alerta,
siempre feroz y turbio, siempre ingrávido
reflejando los rostros de la vida.
No me ayuda tu ausencia sin memoria,
ni tu calle vacía en el monólogo
que mantengo en vigilia rutinaria
-sonámbula de histerias silenciosas-
mirando absorta al Norte de mí misma,
con la bestia del tiempo en los talones
devorándome viva.
- en esta noche de humo en espirales -
a desterrar mi oscura incertidumbre.
Hay demasiados muertos. Me sonríen
y se mantienen tensos a la espera
de, yo no sé, qué decisión suicida
que deberé tomar
más temprano que tarde.
No me ayuda tu voz a desclavarme
de la cruz de papel de mi desvelo:
criatura de espejos siempre alerta,
siempre feroz y turbio, siempre ingrávido
reflejando los rostros de la vida.
No me ayuda tu ausencia sin memoria,
ni tu calle vacía en el monólogo
que mantengo en vigilia rutinaria
-sonámbula de histerias silenciosas-
mirando absorta al Norte de mí misma,
con la bestia del tiempo en los talones
devorándome viva.
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