En mis interiores arden las miradas perdidas y ausentes,
la lógica muere, amnésica afila cuchillos y dientes
y voy de prestado, dueña de mi miedo si entorno los ojos
y levanto un muro de flores de piedra con nuevos cerrojos.
En mis soledades metálicos suenan mil címbalos huecos
y la madrugada me eriza la cama de pétalos secos,
de dudas que llueven sobre mi almohada, espina punzante
de todas las rosas que duraron sólo la luz de un instante.
Cuando muta el habla se pudre la entraña de mi anatomía,
y si Tormentaria me nombro profunda la melancolía,
no tengo remedio, soy sólo el espectro de aquella que fuí,
sombra de la sombra de la loca Eurídice que tú amaste en mí.
la lógica muere, amnésica afila cuchillos y dientes
y voy de prestado, dueña de mi miedo si entorno los ojos
y levanto un muro de flores de piedra con nuevos cerrojos.
En mis soledades metálicos suenan mil címbalos huecos
y la madrugada me eriza la cama de pétalos secos,
de dudas que llueven sobre mi almohada, espina punzante
de todas las rosas que duraron sólo la luz de un instante.
Cuando muta el habla se pudre la entraña de mi anatomía,
y si Tormentaria me nombro profunda la melancolía,
no tengo remedio, soy sólo el espectro de aquella que fuí,
sombra de la sombra de la loca Eurídice que tú amaste en mí.
**
Comentarios
Publicar un comentario