No me vas a encontrar. No es a mí a quien buscas.
Entre mis sombras ves la de otra loba ausente
y te confundes: tú que no crees en la gente
que finge claustrofobias, tú que jamás te ofuscas.
Se parecía a mí. Sus actitudes bruscas,
su ciega rebeldía, su veleidad demente,
pero yo sólo muerdo a las claras, de frente,
y no nado entreaguas de viciadas, parduscas.
Si te quieres mentir, adelante, tú mismo,
mas no esperes de mí su blando inconformismo
porque la reina blanca nunca será la negra.
Y hablando por hablar, ya ves, hice un soneto
de tan necio mordaz, inútil y obsoleto
que igual que tu nostalgia, en mí se desintegra.
Entre mis sombras ves la de otra loba ausente
y te confundes: tú que no crees en la gente
que finge claustrofobias, tú que jamás te ofuscas.
Se parecía a mí. Sus actitudes bruscas,
su ciega rebeldía, su veleidad demente,
pero yo sólo muerdo a las claras, de frente,
y no nado entreaguas de viciadas, parduscas.
Si te quieres mentir, adelante, tú mismo,
mas no esperes de mí su blando inconformismo
porque la reina blanca nunca será la negra.
Y hablando por hablar, ya ves, hice un soneto
de tan necio mordaz, inútil y obsoleto
que igual que tu nostalgia, en mí se desintegra.
Comentarios
Publicar un comentario