Dame un poema oscuro por el que despeñarme,
la rabia de la vida para engañar la suerte,
el lovercraft de pega que esté dispuesto a amarme
más allá de la muerte.
La Elagabala negra que me saque de pobre,
las columnas del templo de Jakin y Bohas,
la alquimia poderosa de tu sudor salobre
cuando sigue un compás.
El verbo de los gnósticos, azoe de los sabios,
el caos en hierático escrito sobre roca,
la combustión del alma ardiendo por los labios
que me suelde a tu boca.
Y el tópico ambulante del sí pero después,
por si acaso el deseo se va de vacaciones
harto de tanto arcano
y la mística anuncia que he de salir por pies
cogida de tu mano.
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