Cuántos comen de tí, a cuántos mecen
tus brazos hartos de cargar la vida.
Cuántos por ser tú mismo, por tí crecen,
sin salir de su punto de partida.
Tienes que ser feliz, sin una queja,
cómplice del trabajo cotidiano
para servir tu muerte en la bandeja
que eternamente llevas en la mano.
Miras en tu interior y hay un vacío,
que sólo llenarían las palabras
que están por escribir. Amigo mio,
duro es el surco duro en que te labras
aterido de frío.
tus brazos hartos de cargar la vida.
Cuántos por ser tú mismo, por tí crecen,
sin salir de su punto de partida.
Tienes que ser feliz, sin una queja,
cómplice del trabajo cotidiano
para servir tu muerte en la bandeja
que eternamente llevas en la mano.
Miras en tu interior y hay un vacío,
que sólo llenarían las palabras
que están por escribir. Amigo mio,
duro es el surco duro en que te labras
aterido de frío.
Contestando preguntas.
No hay pureza total en el hombre, nadie es intrínsecamente puro, nos hicieron duales y es cuestión de supervivencia genética ser egoistas en muchos momentos, pero que duda cabe que, precisamente por eso, el que es generoso y se entrega a los demás por satisfacer incluso la voz de su conciencia, digamos que buscando egoistamente su propia felicidad, y no en un acto supremo de altruismo, tiene un mérito añadido. Si uno fuera tan místico como para actuar exclusivamente por amor a Dios del que habláis, sería todo mucho más fácil.
El verdadero amor, la hombría a la que yo me refiero en el poema, se demuestra precisamente porque el sujeto que muestro, renuncia a su tiempo, a sus huecos personales para atender las exigencias de todo tipo de los que le rodean. No puede evitar sentir el vacío que llenaría (en este caso escribiendo, en otros pescando, por poner un ejemplo) con un poco de tiempo para sí mismo, porque los demás vienen siempre empujando y uno acaba por renunciar incluso a las pequeñas cosas, para que los demás vivan tranquilos.
Quién dice un hombre, dice una mujer dedicada a sus hijos, a su casa, a sus padres, al trabajo....sin tiempo para mirarse al espejo y verse.
Hay muchas formas de egoismo, incluso cuando queremos porque siempre, se espera una contrapartida, aunque a veces no llegue, pero no creo que ningún Dios nos exija más que eso: actuar pese a nosotros mismos, pese a nuestro posible vacío, con generosidad.
Yo personalmente, creo que estoy en la época más egoista de mi vida, quizás en la única etapa egoista que he tenido, por algo tan poco palpable como escribir. El aislamiento, la introversión que necesito para hacerlo, no favorece otros aspectos de la vida pero a no ser que ocurriera una catástrofe, no creo que pudiera renunciar a ello. Una se excusa diciendo...es el momento, mi momento y pasa lista a todo lo que ha hecho siempre por los demás sin esperar pago pero...la única verdad es que siempre podría hacerse más y que se descuidan aspectos que en otros momentos eran vitales. La vida es un toma y daca...algunos se la pasan en el toma continuado, otros esperando siempre recibir y la mayoría, como yo, actuando por ley de compensación, tibiamente.
El verdadero amor, la hombría a la que yo me refiero en el poema, se demuestra precisamente porque el sujeto que muestro, renuncia a su tiempo, a sus huecos personales para atender las exigencias de todo tipo de los que le rodean. No puede evitar sentir el vacío que llenaría (en este caso escribiendo, en otros pescando, por poner un ejemplo) con un poco de tiempo para sí mismo, porque los demás vienen siempre empujando y uno acaba por renunciar incluso a las pequeñas cosas, para que los demás vivan tranquilos.
Quién dice un hombre, dice una mujer dedicada a sus hijos, a su casa, a sus padres, al trabajo....sin tiempo para mirarse al espejo y verse.
Hay muchas formas de egoismo, incluso cuando queremos porque siempre, se espera una contrapartida, aunque a veces no llegue, pero no creo que ningún Dios nos exija más que eso: actuar pese a nosotros mismos, pese a nuestro posible vacío, con generosidad.
Yo personalmente, creo que estoy en la época más egoista de mi vida, quizás en la única etapa egoista que he tenido, por algo tan poco palpable como escribir. El aislamiento, la introversión que necesito para hacerlo, no favorece otros aspectos de la vida pero a no ser que ocurriera una catástrofe, no creo que pudiera renunciar a ello. Una se excusa diciendo...es el momento, mi momento y pasa lista a todo lo que ha hecho siempre por los demás sin esperar pago pero...la única verdad es que siempre podría hacerse más y que se descuidan aspectos que en otros momentos eran vitales. La vida es un toma y daca...algunos se la pasan en el toma continuado, otros esperando siempre recibir y la mayoría, como yo, actuando por ley de compensación, tibiamente.
2.oo4.
Comentarios
Publicar un comentario