Me temes más que a un tornado.
Todo el talento te tiembla
cuando sientes mi vorágine
y en la distancia me observas
bailando sobre la tumba
de la retórica hueca.
Por más que nada te asombre
y que nadie te retenga,
por más que cabalgues vientos
y que piques las espuelas
para alejarte de mí
y olvidarme en las histerias
de la vida que te acosa,
soy la única en tu guerra
que admite comparaciones
con la realidad extrema
y sale fortalecida
de todas sus balaceras.
Porque soy vidrio, me temes,
porque soy río quisieras
atarme en corto la mente
y que sólo discurriera
sobre tu boca cansada
de beber mujeres muertas.
Y yo, que temo tu hombre
bronco de tanta violencia,
sólo cuando baja armas
y desarmado se entrega,
pongo mi mente al amparo
de su corazón de piedra
y socavo su ternura
desde mi carnalesencia.
A mí me tiembla el talento
a la sombra de tu fuerza.
Todo el talento te tiembla
cuando sientes mi vorágine
y en la distancia me observas
bailando sobre la tumba
de la retórica hueca.
Por más que nada te asombre
y que nadie te retenga,
por más que cabalgues vientos
y que piques las espuelas
para alejarte de mí
y olvidarme en las histerias
de la vida que te acosa,
soy la única en tu guerra
que admite comparaciones
con la realidad extrema
y sale fortalecida
de todas sus balaceras.
Porque soy vidrio, me temes,
porque soy río quisieras
atarme en corto la mente
y que sólo discurriera
sobre tu boca cansada
de beber mujeres muertas.
Y yo, que temo tu hombre
bronco de tanta violencia,
sólo cuando baja armas
y desarmado se entrega,
pongo mi mente al amparo
de su corazón de piedra
y socavo su ternura
desde mi carnalesencia.
A mí me tiembla el talento
a la sombra de tu fuerza.
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