No soy buena fusilando y aunque lo intente, nunca acierto a los colores del arco iris, ni en el primero, ni en el segundo, ni en el tercer intento. Soy un desastre apuntando y la mira telescópica, no se adapta a mi órbita ocular.
Y mira que me gustaría fusilar
la sombra en el césped
de tu catedral románica
tan despojada y siniestra
y la tuya...
palacete de invierno decimonónico
lleno de cristaleras doradas
que sonarían a música en mis oídos
al saltar en añicos,
y la tuya...
de reminiscencias góticas y aceradas
dónde no se posa pájaro alguno,
y la mía...
a veces, hasta la mía:
catacumba azul de versos verdes.
Y mira que me gustaría fusilar
la sombra en el césped
de tu catedral románica
tan despojada y siniestra
y la tuya...
palacete de invierno decimonónico
lleno de cristaleras doradas
que sonarían a música en mis oídos
al saltar en añicos,
y la tuya...
de reminiscencias góticas y aceradas
dónde no se posa pájaro alguno,
y la mía...
a veces, hasta la mía:
catacumba azul de versos verdes.
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