Precisamente hoy que pasé cuatro horas
dentro de su mirada
con la palabra grácil, el gesto recogido
y la risa en los labios,
me entero de que Dios no sabe perdonar.
Precisamente hoy que enfrenté la locura
y le di un empujón resolutorio
al karma de un esquizo,
me dan dos bofetadas rencorosas
y me apagan la luz de nuestra alcoba,
justo cuando, excitada,
leía en la penumbra un poema de amor.
Y yo que reacciono como un áspid
si me tocan la cara,
no me quise vengar
ni encontré la caricia que restañara el odio.
Me dio miedo romperle en un acto suicida
y deshacer el nudo que nos une.
Estaba tan cansada de pelea
que me tumbé a quererle.
Linda voz y bonita letra/ Saludos
ResponderEliminarGracias, Frases Bonitas, Saludos cordiales.
EliminarBucle
ResponderEliminarSiempre, Erik.
EliminarComo si la vida nos pusiera a prueba constantemente, con el Dios 'ausente', y cuando creemos haber alcanzado cierta paz, nos llegan esas bofetadas de improviso, y ni siquiera tenemos fuerzas para detener al odio invasor. Me encanta, como has expresado la fuerza de voluntad. El cansancio, tan vecino y tan diario, y ese querer para apaciguar el corazón y las sin razones.
ResponderEliminarUn placer leer tan hermoso poema, y escuchar la canción, que no conocía. Gracias, Morgana.
Abrazos, y felices momentos.
Y nos la queríamos perder ¿eh Mila? (ríome). Te agradezco mucho el comentario, querida.
EliminarY sí, la canción es muy especial, como su autor.
Nos estamos leyendo. Un abrazo.
que bonito escribes
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