Para preciso tú, enteco dardo
que por la cerbatana del hastío
lanzas a la vorágine en que ardo
como un verso de amor en el vacío.
Para atinado tú, boca de bardo
escupiendo tifones, griterío
de la luz sin mordaza, leopardo
en la agreste sabana de mi estío.
Para invisible francotirador
el implacable rayo de tu amor
dejándose caer desde la altura.
Para seguro tú, diestro y certero
hombre de mis certezas, verdadero
como el dolor de un clavo en la cintura.
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