Soy la taimada hiena,
hachazo y dentellada
que degüella varones amantísimos,
castradora condena,
dogal de madrugada
para amantes de instintos beatísimos.
Programo el ritual
según soplen los vientos
en el bosque de la perdida risa.
Aurora boreal
hecha de sufrimientos
de las presas lunares de Artemisa.
Siete brujas danzantes
siete árboles muertos
sembrados por la mano de un demente
siete machos mutantes
siete búhos despiertos
conforman el esbat de lo inclemente.
Me miras como tantos
más allá del infierno
en que, sin un recelo, te introduces,
ajeno a los quebrantos
que de tu fuero interno
van a brotar si ves mis contraluces.
Te cambiaré mi lengua
por tu mayor fracaso
si ves que necesitas más veneno.
Su filo sólo mengua
cuando llega el ocaso.
En el noveno mes. Día noveno.
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