No sé salir de ti, pero me fugo
por las hendijas de mi claustrofobia.
Beberte a palo seco me perfora la lengua
como un piercing de hielo
y esnifarte necrosa mi frágil estructura.
Debe existir un modo de pasar
del beso al diente
sin un asesinato de por medio,
de aclimatar la duda a la certeza,
la abstinencia a las ganas.
Quizás exista un él sin condiciones
con las mayúsculas que escribo el ansia
que no le ponga trabas a la muerte
si decide cortarse las venas en mis pechos.
Debe de haber un modo de observar
-voyeuresse ajena a protocolos-
cómo grita la corte milagrosa,
sin ser el cul de sac de todas las miserias
y llegar siempre tarde
al chill out de la hombría desgastada,
para la última copa.
No sé salir de ti
pero estoy aprendiendo
a morder los barrotes del poema,
porque ya no me basta que la jaula
se disfrace de pájaro.
Comentarios
Publicar un comentario