Puede ser que una vez
marchito el tiempo de las promesas,
me llene la boca de pétalos muertos
y apure hasta el fondo
la copa del recuerdo.
Que en brazos del olvido
desvele las gotas de paciencia
que me quedan
y pise el cuello cárdeno de mi disturbio.
Puede ser
que asorde mis oídos
y amordace mi boca
y vele mis ojos
y cierre mi mente
y, aún así....
(ponle tú final.
El mio
me muerde la mano)
*
marchito el tiempo de las promesas,
me llene la boca de pétalos muertos
y apure hasta el fondo
la copa del recuerdo.
Que en brazos del olvido
desvele las gotas de paciencia
que me quedan
y pise el cuello cárdeno de mi disturbio.
Puede ser
que asorde mis oídos
y amordace mi boca
y vele mis ojos
y cierre mi mente
y, aún así....
(ponle tú final.
El mio
me muerde la mano)
*
*
*
apure hasta el fondo
ResponderEliminarla copa del recuerdo.
saludos
Carlos
y llegar a la ebriedad del olvido, tal vez, por qué no?
EliminarGracias, Carlos.
Namasté.
Tus labios sigan siendo mi infierno. Un abrazo.
ResponderEliminarCasi lo firmaría, Alfredo, nada como la malevolencia de unos labios para resultar inolvidables..
EliminarOtro para ti, colega.
Namasté.
seguiré soñando con tu abrazo...
ResponderEliminarY los sueños, sueños son, Marieta.
EliminarBienvenida a mi extravagario, espero no aburrirte.
Namasté.
...te colarás en el insomnio de mis letras.
ResponderEliminar¡Me quedo por aquí, es un placer leerte!
Estupendo, espero mantenerte despierta y no que te cures del insomnio a mi costa porque te mueras de aburrimiento. (ríome).
EliminarNos estamos viendo, Mó.
Namasté.
beautiful blog kisses albert
ResponderEliminar