Tienes la voz de vidrio madurado,
segura, cierta, honda y te deslumbra
la mía si se interna en la penumbra
jugando a ser paloma a tu costado.
No creas que no sé que tu soldado
guarda un halcón en ciernes que acostumbra
a lanzarse en picado, si vislumbra
que a la caída libre está abocado.
Pero soy una estúpida insalvable
que sabiendo de sobra lo adorable
que le resulta a un hombre la dulzura,
me empecino en mirarles a los ojos
sin la estrategia de los trampantojos
con que eluden las mansas, la amargura.
segura, cierta, honda y te deslumbra
la mía si se interna en la penumbra
jugando a ser paloma a tu costado.
No creas que no sé que tu soldado
guarda un halcón en ciernes que acostumbra
a lanzarse en picado, si vislumbra
que a la caída libre está abocado.
Pero soy una estúpida insalvable
que sabiendo de sobra lo adorable
que le resulta a un hombre la dulzura,
me empecino en mirarles a los ojos
sin la estrategia de los trampantojos
con que eluden las mansas, la amargura.
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