Te busca la blancura del papel
como una novia núbil, recatada,
que espera copular con la mirada,
que se entretenga, leve, por su piel.
Se convierte en taimado cascabel
por llamar tu atención de madrugada,
desesperadamente apasionada
por el enigma de una letra cruel.
Se te aparece en sueños, vesivilo
de inquieta albura que te alza en vilo
por seducirte en otra dimensión.
Y te haces de rogar como un amante
que demora la gloria del instante
en que le das, escrito, el corazón.
como una novia núbil, recatada,
que espera copular con la mirada,
que se entretenga, leve, por su piel.
Se convierte en taimado cascabel
por llamar tu atención de madrugada,
desesperadamente apasionada
por el enigma de una letra cruel.
Se te aparece en sueños, vesivilo
de inquieta albura que te alza en vilo
por seducirte en otra dimensión.
Y te haces de rogar como un amante
que demora la gloria del instante
en que le das, escrito, el corazón.
Esta es la foto para la tapa del libro, negrucha.
ResponderEliminarY bueno por acá andaba, leyendo, como siempre, en un viaje que parece eterno hacia tu alma.
Vendrán tiempos de fresas, nena mía. Seguro que vendrán y habrá más tiempo.
Si te gusta, habrá que averiguar, y ya sabes lo que pienso "el viaje hacia adentro es el más largo" así que tu compañía lo aliviana.
ResponderEliminarTiempos de fresas, dices, quién sabe, contigo cerca cualquier tiempo tiene su intríngulis, hasta los jodidos.
Bésote señor Akhenazi.