Ella se despertó. Hubo un silencio
hecho de muchos hombres sordomudos,
un sarcófago lleno de elocuencia,
mil palabras perdidas.
Ella se despertó como un mal pálpito
sobre los pechos firmes de la amnesia
y apagó el pensamiento de un soplido
como se apaga el sol
de lejanía.
Ella estaba resuelta a no pensar
y que se hiciera, al fín, la oscuridad del solo,
la nada en el espejo ametrallado.
Otras ellas le hablaron de fluir
como fluyen las lágrimas en su líquida esencia
las lágrimas no piensan
tú tampoco
y se escribió a si misma.
(No quisiera profanar esta silencio con mi voz. Sólo vengo a robar una lágrima y embotellar su pensamiento)
ResponderEliminarDemasiado silencio ¿eh?.Me da que ibas a tener que esforzarte mucho para profanarlo todo. (ríome).
ResponderEliminarGracias Manuel, eres un sol.