La casa de los ojos,
la del cristal oscuro y silencioso
suspendida en el aire,
como un árbol profuso y expandido
con las ramas de vidrio destellante
y el corazón latente
sobre las cabellera líquida de Ofelia,
tintinea memoria
apaciguando enjambres de miradas
con el destello frágil
del vértigo en la idea luminosa
y en la palabra...el mundo
y el mundo en el misterio de una rosa.
la del cristal oscuro y silencioso
suspendida en el aire,
como un árbol profuso y expandido
con las ramas de vidrio destellante
y el corazón latente
sobre las cabellera líquida de Ofelia,
tintinea memoria
apaciguando enjambres de miradas
con el destello frágil
del vértigo en la idea luminosa
y en la palabra...el mundo
y el mundo en el misterio de una rosa.
Me suena muy cercano ese lugar del que me hablas, idiomático y gentil, constantemente puro el pensamiento, haciéndonos tangibles a los dos, a un loco y una robota.
ResponderEliminar(ya no me da miedo, gracias)
Ya era hora.
ResponderEliminarBendita locura, tio, que no falte.
Robota no, mientras descifre los códigos Captcha esos de tu blog, pero no creas, ya me gustaría alguna vez que otra serlo. No tendría que gastar un euro en ropa. (ríome).
Gracias a tí, Manuel.