Con la memoria de la piedra muda
me voy yendo de mí, verso tras verso,
salto tras salto libre de la duda,
amnésica de tí, casi desnuda
la voltereta en que me tergiverso.
Porque llegué a los fondos de mis pozos
y a la cima del hambre desolada,
en íntimos y ardidos calabozos
me liberé del nudo de sollozos
con la desolación por antuviada.
Y avanzo sonriendo descreída,
hablando de los muertos con los vivos,
porque los muertos ganan la partida
en esta sinrazón donde la vida
te señala con dedo acusativo.
Y porque se acumulan las traiciones
como hojas de otoño contra un muro,
el muro soy de las lamentaciones,
cuneta de las mil contradicciones
para cualquier cadáver sin futuro.
me voy yendo de mí, verso tras verso,
salto tras salto libre de la duda,
amnésica de tí, casi desnuda
la voltereta en que me tergiverso.
Porque llegué a los fondos de mis pozos
y a la cima del hambre desolada,
en íntimos y ardidos calabozos
me liberé del nudo de sollozos
con la desolación por antuviada.
Y avanzo sonriendo descreída,
hablando de los muertos con los vivos,
porque los muertos ganan la partida
en esta sinrazón donde la vida
te señala con dedo acusativo.
Y porque se acumulan las traiciones
como hojas de otoño contra un muro,
el muro soy de las lamentaciones,
cuneta de las mil contradicciones
para cualquier cadáver sin futuro.
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