Sola
restañando cicatrices
¡cómo añoro estar sola!
introverter el sentimiento
sin dar explicaciones,
ausentarme del mundo
y saborear lo recóndito
lo esencial.
Sola
con la imaginación.
Sin cenas
ni besos
ni flores
ni velas
ni amigos
ni amores
ni deudos
ni hombres
ni perros
ni hijos
ni fuego en chimenea.
Sola
en un Kalahari de emociones
y desbridar el llanto
sin promover piedad ajena.
Y ser yo
desnuda ante mí
con la cara limpia del maquillaje diario.
Ser yo
olvidada de la astucia
sin necesidad de sobrevivir
inadecuada y torpe
sin esquemas preconcebidos.
Poder ser yo
sucia y desgreñada
y más hermosa que nunca
lanzarme desde el ático de la soberbia
en caida libre
y sola.
restañando cicatrices
¡cómo añoro estar sola!
introverter el sentimiento
sin dar explicaciones,
ausentarme del mundo
y saborear lo recóndito
lo esencial.
Sola
con la imaginación.
Sin cenas
ni besos
ni flores
ni velas
ni amigos
ni amores
ni deudos
ni hombres
ni perros
ni hijos
ni fuego en chimenea.
Sola
en un Kalahari de emociones
y desbridar el llanto
sin promover piedad ajena.
Y ser yo
desnuda ante mí
con la cara limpia del maquillaje diario.
Ser yo
olvidada de la astucia
sin necesidad de sobrevivir
inadecuada y torpe
sin esquemas preconcebidos.
Poder ser yo
sucia y desgreñada
y más hermosa que nunca
lanzarme desde el ático de la soberbia
en caida libre
y sola.
...y las alas del vértigo desnudas, haciéndote más diosa en la caída.
ResponderEliminarNo sé si diosa, pero escribes como "las ángelas".
Abrazo
Cómo me ha gustado este, MiMor. No lo había leído nunca. Tremendo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerteeeeeeee.
Nada más alejado de mí, Manuel, que el rol de diosa. Las diosas ni sienten ni padecen, tú sabes. Una simple mujer de barro y furia, eso es lo que soy.
ResponderEliminarIgual te agradezco la sutil ironía.
Un abrazo, poeta.
Es viejito, Arant, de mis comienzos.
ResponderEliminarMe gusta que te guste.
Un beso en la distancia que se está agrandando día a día.