esa penumbra suave
que te alumbra
con más fuerza que lámpara encendida
casi emana de tí
casi revierte
su fugitiva luz por los rincones
de todas las estancias que camino
descalza y subrepticia
por tu mente
ya no sabría verte de otro modo
ningún espacio abierto y destellante
concuerda con tu imagen
ni tu boca
sonríe de la forma en que sonríe
cuando la luz la hiere
descarada
tú eres más tú
más intemperie y vértigo
de puertas entornadas al instinto,
desde ese plano oblicuo que te muestra
sólo semidesnudo
el mandala incompleto codiciado
por mi lápiz de sombras
el milagroso aliento de la duda
que me incita a la búsqueda
de los trazos exactos que te expresen
sin definirte nunca
sólo así eres hombre
desconcierto tangible en la retina
de la inmisericordia de mis ojos
que te alumbra
con más fuerza que lámpara encendida
casi emana de tí
casi revierte
su fugitiva luz por los rincones
de todas las estancias que camino
descalza y subrepticia
por tu mente
ya no sabría verte de otro modo
ningún espacio abierto y destellante
concuerda con tu imagen
ni tu boca
sonríe de la forma en que sonríe
cuando la luz la hiere
descarada
tú eres más tú
más intemperie y vértigo
de puertas entornadas al instinto,
desde ese plano oblicuo que te muestra
sólo semidesnudo
el mandala incompleto codiciado
por mi lápiz de sombras
el milagroso aliento de la duda
que me incita a la búsqueda
de los trazos exactos que te expresen
sin definirte nunca
sólo así eres hombre
desconcierto tangible en la retina
de la inmisericordia de mis ojos
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