Como un cuchillo de humo
afilado en el poema
yo me disuelvo y asumo
que no he de beber el zumo
de tu boca cuando quema.
Asumo que está perdida
la guerra en los abrojales
del corazón, que la vida
no es más que una abierta herida
sobre profundos eriales.
Y estoy tan acostumbrada
a ir y venir por mí
que sola o acompañada
me resumo en la mirada
con la que te mato a ti.
No sé quién está más roto
si tu alien o mi extraña
pero de la pena broto
con los dientes de alboroto
y la lengua de artimaña.
Por tanto, me da lo mismo
que estés partido o entero.
Con tu vocación de sismo
siempre existirá un abismo
para el que salte primero.
Más desnuda que un alambre
y con vocación de endecha
soy la Reina del enjambre
que escribe viva de hambre
para morir satisfecha.
afilado en el poema
yo me disuelvo y asumo
que no he de beber el zumo
de tu boca cuando quema.
Asumo que está perdida
la guerra en los abrojales
del corazón, que la vida
no es más que una abierta herida
sobre profundos eriales.
Y estoy tan acostumbrada
a ir y venir por mí
que sola o acompañada
me resumo en la mirada
con la que te mato a ti.
No sé quién está más roto
si tu alien o mi extraña
pero de la pena broto
con los dientes de alboroto
y la lengua de artimaña.
Por tanto, me da lo mismo
que estés partido o entero.
Con tu vocación de sismo
siempre existirá un abismo
para el que salte primero.
Más desnuda que un alambre
y con vocación de endecha
soy la Reina del enjambre
que escribe viva de hambre
para morir satisfecha.
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