Diluvia en Benarés. El horizonte
camina por delante de mí misma,
inalcanzable niebla que se abisma
donde lloran los ojos de Caronte.
Donde habita el silencio, tras el monte
de la desolación, Benarés sueño
con monzones de lirios, con el dueño
del lupanar febril de la belleza.
Cerrada por olvido: soy Tristeza
y Dios...es tan pequeño.
camina por delante de mí misma,
inalcanzable niebla que se abisma
donde lloran los ojos de Caronte.
Donde habita el silencio, tras el monte
de la desolación, Benarés sueño
con monzones de lirios, con el dueño
del lupanar febril de la belleza.
Cerrada por olvido: soy Tristeza
y Dios...es tan pequeño.
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