(A Solange Schiaffino)
Uno hace su propia realidad
a pesar de las trabas de la vida,
salvando las tragedias cotidianas
y cambiándole el nombre a las rutinas.
Si crees en el amor que estás sintiendo,
aléjate de dudas que lo aflijan,
siente que es sólo tuyo y que el destino
es tu aliado para su alegría.
La entrega exige entrega y el amor
no se obtiene con artes sibilinas
ni con caritas que no rompen platos
ni con la mansedumbre de la víctima.
Cuanta más libertad se le conceda
mayor el vínculo con que te anilla.
Dile al miedo que no. Siéntete libre
en el juego de amar y visualiza
que cuando un hombre quiere a una mujer
es su mundo interior quien se amotina
contra cualquier obstáculo que surja
porque el amor es siempre rebeldía.
Vivir su sinvivir es lo que cuenta.
Carpe diem por él, Clarisamía.
a pesar de las trabas de la vida,
salvando las tragedias cotidianas
y cambiándole el nombre a las rutinas.
Si crees en el amor que estás sintiendo,
aléjate de dudas que lo aflijan,
siente que es sólo tuyo y que el destino
es tu aliado para su alegría.
La entrega exige entrega y el amor
no se obtiene con artes sibilinas
ni con caritas que no rompen platos
ni con la mansedumbre de la víctima.
Cuanta más libertad se le conceda
mayor el vínculo con que te anilla.
Dile al miedo que no. Siéntete libre
en el juego de amar y visualiza
que cuando un hombre quiere a una mujer
es su mundo interior quien se amotina
contra cualquier obstáculo que surja
porque el amor es siempre rebeldía.
Vivir su sinvivir es lo que cuenta.
Carpe diem por él, Clarisamía.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarÉste me lo guardo por magnífico, en el archivo de los himnos con música de frondas y fe en el devenir.
ResponderEliminarY sí, vivir sus sinvivir es lo que cuenta.
Abrazos a Solange y a ti.
Dale, guárdatelo, que no vas a encontrar muchos así.
ResponderEliminarSolange se merece el desliz. (ríome).
Abrazo, Manuel.
Es hermoso, hermoso y recién caigo en su sentido... porque sí, porque sí.
ResponderEliminarSigues viva.
ResponderEliminarUn beso, Solange.