Malo

 

 

 

Con la vida en los labios me besa un hombre
como si se le fuera la muerte en ello
sin espera, sin pausa, sin intervalo.
Con la lengua insumisa me lame el nombre
y su huella es un salmo sobre mi cuello
que proclama en mi nuca: Soy hombre y malo.

El que no quiere a nadie, quiere quererme
hecho punta de lanza de lo imposible,
si es que me vuelvo inmune ante sus venenos.
El que no se persigna si viene a verme
me está queriendo terco e inamovible
como quieren los malos cuando son buenos.