Alguna flor extraña se florece
como un dardo feliz de ser certero
en medio de la nada de un te quiero
que en la nada se ahonda y permanece.
Enemiga del sol, se desvanece
con los primeros rayos de la aurora.
No prometas lealtad, por si a deshora,
viniera la traición a hablar contigo.
Nada te dí, por tanto a nada obligo.
Mi reino es una ausencia cegadora.
como un dardo feliz de ser certero
en medio de la nada de un te quiero
que en la nada se ahonda y permanece.
Enemiga del sol, se desvanece
con los primeros rayos de la aurora.
No prometas lealtad, por si a deshora,
viniera la traición a hablar contigo.
Nada te dí, por tanto a nada obligo.
Mi reino es una ausencia cegadora.
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