Se equilibran las fuerzas, probablemente en vano.
Ha pasado un ciclón de ira por mis sienes
como pasan feroces enardecidos trenes
por la estación sin nombre de otro ardido verano.
Se viste la manzana con la piel del gusano
que vive del insomnio. Tú y yo los rehenes
de nuestras circunstancias, aunque desencadenes
las tenebrosas cuentas del tiempo con la mano.
De traspié en traspié sortear la piraña
que nada en la bañera de la palabra huraña
con la lengua torcida de la desilusión.
El alma del revés, las aguas sin un cauce,
péndulo saturnal, luciferino sauce
de lánguida enramada, cubriendo el corazón.
Ha pasado un ciclón de ira por mis sienes
como pasan feroces enardecidos trenes
por la estación sin nombre de otro ardido verano.
Se viste la manzana con la piel del gusano
que vive del insomnio. Tú y yo los rehenes
de nuestras circunstancias, aunque desencadenes
las tenebrosas cuentas del tiempo con la mano.
De traspié en traspié sortear la piraña
que nada en la bañera de la palabra huraña
con la lengua torcida de la desilusión.
El alma del revés, las aguas sin un cauce,
péndulo saturnal, luciferino sauce
de lánguida enramada, cubriendo el corazón.
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