qué absorbente
qué duro
qué implacable
no hay una vez
que no me rompa el cráneo
y desparrame
dulce
mi cerebro
en su mesa de viento y disección
qué cirujano loco
manipulando días de demencia
que arrojarme a la cara por las noches
mientras arde la luna de lujuria
y me mata de besos
y es que nunca se cansa
este hombre no se cansa
de seducir murallas
buscando petroglifos con mi nombre
ni de cortarse venas en mis pechos
no sé cómo decirle
que no quiero más sangre arrebatada
y que resulta obsceno
verle desnudo
siempre
a todas horas
con cara de fugado de sí mismo
le quedan pocos días
es más
no sé cómo le aguanto
cuando llora su lista de rencores
sobre mis zapatillas
qué duro
qué implacable
no hay una vez
que no me rompa el cráneo
y desparrame
dulce
mi cerebro
en su mesa de viento y disección
qué cirujano loco
manipulando días de demencia
que arrojarme a la cara por las noches
mientras arde la luna de lujuria
y me mata de besos
y es que nunca se cansa
este hombre no se cansa
de seducir murallas
buscando petroglifos con mi nombre
ni de cortarse venas en mis pechos
no sé cómo decirle
que no quiero más sangre arrebatada
y que resulta obsceno
verle desnudo
siempre
a todas horas
con cara de fugado de sí mismo
le quedan pocos días
es más
no sé cómo le aguanto
cuando llora su lista de rencores
sobre mis zapatillas
Comentarios
Publicar un comentario