Pocas cosas me importan más allá de la gente.
Nada me intriga tanto como una mente abierta
a todos los milagros que ocurren de repente,
con todos los sentidos despiertos y en alerta.
Todos mis paisajes tienen rostros concretos
y todos forman parte de un íntimo lunario,
porque la luna engendra mis sueños más secretos
dormida entre mis pechos como un escapulario.
Y en función de la gente, un río subterráneo
de líquidas palabras pugnando por salir,
han roto las barreras de hueso de mi cráneo
y de tinta nocturna se han hecho por vivir.
Nada me intriga tanto como una mente abierta
a todos los milagros que ocurren de repente,
con todos los sentidos despiertos y en alerta.
Todos mis paisajes tienen rostros concretos
y todos forman parte de un íntimo lunario,
porque la luna engendra mis sueños más secretos
dormida entre mis pechos como un escapulario.
Y en función de la gente, un río subterráneo
de líquidas palabras pugnando por salir,
han roto las barreras de hueso de mi cráneo
y de tinta nocturna se han hecho por vivir.
Comentarios
Publicar un comentario