Y cuántos no estarán tras el azogue
hermética la hiel de la pupila
si, rítmico puñal, merodea tu voz
por negros callejones de alzado pensamiento
acuchillando el alba.
Más oscuro que Poe, más crudo que Bukowski,
más maldito que el inmoral Rimbaud,
más hombre que el adusto Santos Aira
del bubón en la frente
como un ojo de más, caleidoscópico,
eclosionas de un huevo de velociraptor
y creces por minutos mordiéndome los ojos
tan inhumanamente
que hasta la ternura que ejerces al descuido
es un arma de fuego
que se acompasa al diente y lo potencia.
Mira si eres salvaje y peligroso
que por alimentarte me he quedado
sin la garra derecha de gárgola impasible.
(mal puedo levantarte ningún puño exigente)
Eso tiene de malo no ser zurda, Zurdo.
Lo bueno es la certeza de que contigo cerca
no hay bota que me pise.
Últimamente duermo, lo mínimo que duermo,
con los ojos cerrados.
hermética la hiel de la pupila
si, rítmico puñal, merodea tu voz
por negros callejones de alzado pensamiento
acuchillando el alba.
Más oscuro que Poe, más crudo que Bukowski,
más maldito que el inmoral Rimbaud,
más hombre que el adusto Santos Aira
del bubón en la frente
como un ojo de más, caleidoscópico,
eclosionas de un huevo de velociraptor
y creces por minutos mordiéndome los ojos
tan inhumanamente
que hasta la ternura que ejerces al descuido
es un arma de fuego
que se acompasa al diente y lo potencia.
Mira si eres salvaje y peligroso
que por alimentarte me he quedado
sin la garra derecha de gárgola impasible.
(mal puedo levantarte ningún puño exigente)
Eso tiene de malo no ser zurda, Zurdo.
Lo bueno es la certeza de que contigo cerca
no hay bota que me pise.
Últimamente duermo, lo mínimo que duermo,
con los ojos cerrados.
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