Sorprender a un bandido de manos grandes
gatillo fácil y verbo atormentado,
no es cualquier cosa
y cuanto más lo pienso, más se complica .
Susurrarle penumbras y sombras
al oído
o gritarle antílopes cubriendo el horizonte
SAL ta RI nes
no creo que le epate.
Hablan tanto de mí entre tinieblas
que no le asombra el brillo
de mis ojos astrales
y aún así, me ama,
ese forajido me ama,
ha decidido amarme
como el mar al témpano
que se le va entregando lentamente
a fuerza de calor acariciante.
Me quiere suya en ese mundo suyo de músculo en tensión
y de lengua irascible.
Suya, tragarme trozo a trozo
y después vomitarme
para empezar de nuevo.
Devorarme
en el santuario donde guarda sus vírgenes,
a solas con su gula incontenible
o con un afán exhibicionista
que le hace alzar mi cuerpo
a la vista de todos
patria y bandera al viento.
Él lo eligió y, a veces,
se arrebata justo como quiero
y me ama
como si yo estuviera en vías de extinción
y no hubiera más hembras de mi especie.
No puedo sorprenderle
siendo plaza cercada por sus dedos,
pero a él parece no importarle.
Sigue jugándose la muerte
cada día en mi boca.
Fuerza arrojada a quemarropa, belleza intensa condensada, brillante la emoción que me embauca en cada detalle que revuelca mi mente.
ResponderEliminarGracias por compartirte!
Beso.
Negrita, el bandido te avisa que llegó bien y está todo en orden por ahora.
ResponderEliminarNos vemos en unos días. Extrañame un cachito, si tus otros amores te dejan tiempo.
Shalom ishâ
Me gusta eso de revolcarte la mente (da para un poema) porque es lo que buscamos todos cuando leemos a otros ¿no? que nos revuelquen sin dejarnos moratones exteriores (ríome).
ResponderEliminarGracias a tí, Manuel, por compartirme tu emoción.
Y aunque no me dejen,escritorazo, cómo no extrañarte si cuando te vas se para el mundo.
ResponderEliminarTú cuídate mucho,Coronel, no te vayas a perder por alguna selva de esas que te salen al paso y tenga que montar un operativo para rescatarte (ríome).
Shalom jaim, hasta tu vuelta.