No llames a mi puerta
cadáver de mis labios
yacente en el sepulcro
sellado del olvido,
que tendré que matarte
por cada aniversario
en que naciste hiriente,
violento y agresivo.
Los niños se han dormido:
sabanitas de Holanda
en la cuna del miedo
y luna en los cristales,
y sueñan unicornios
en bosques de esperanza
y se atreven al vuelo
del pájaro emigrante.
No llames a mi puerta.
Verás arder cerrojos
en florecidas llamas
y alacranes y ortigas
crecer bajo tus pies,
y a mí llena de rosas
marchitas de venganza,
esperando el momento
de verte perecer.
cadáver de mis labios
yacente en el sepulcro
sellado del olvido,
que tendré que matarte
por cada aniversario
en que naciste hiriente,
violento y agresivo.
Los niños se han dormido:
sabanitas de Holanda
en la cuna del miedo
y luna en los cristales,
y sueñan unicornios
en bosques de esperanza
y se atreven al vuelo
del pájaro emigrante.
No llames a mi puerta.
Verás arder cerrojos
en florecidas llamas
y alacranes y ortigas
crecer bajo tus pies,
y a mí llena de rosas
marchitas de venganza,
esperando el momento
de verte perecer.
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